Vitíligo
El vitíligo no es contagioso y tampoco afecta a los órganos internos, sólo a la piel pero genera profundas consecuencias psicosociales en quienes la padecen.
¿Qué es vitíligo?
Es una enfermedad de la piel que provoca la aparición de parches o manchas blancas, (también conocidas como máculas) como consecuencia de las alteraciones de la melanina, que es la sustancia que determina el color nuestra piel, cabello u ojos.
Tipos de vitíligo
El vitíligo puede aparecer en cualquier parte del cuerpo. Alrededor de orificios de párpados, nariz y boca; también sobre zonas óseas como rodillas, tobillos o muñeca; en grandes pliegues del cuerpo y en torno a las mucosas del labio, encías, ano y genitales .
Otras localizaciones típicas son la parte inferior de la espalda, la zona central del pecho o las mamas.
Las zonas más comunes y habituales donde aparece el vitíligo es en la cara y en las manos.
En cuanto a la forma, tiende a ser redondeada u ovalada y su contorno suele ser ligeramente irregular y bien delimitado, con bordes definidos y cóncavos.
Si llegan a ser convexos, suele indicar que la mancha se está volviendo a pigmentar.
En relación con el tamaño, es variable, de dos o tres milímetros a varios centímetros, y su color más característico es el blanco lechoso, cuando se trata de vitíligo bicolor.
Síntomas y causas
Los melanocitos que producen melanina empiezan a verse afectados tendiendo a desaparecer, sin que se conozca la causa exacta por la que el organismo de la persona afectada provoca la destrucción de los melanocitos de alguna región de la piel.
En relación con el carácter hereditario, diferentes estudios demuestran que puede haber una predisposición genética en el vitíligo. También puede estar asociado a enfermedades autoinmunes, es decir, todas las relacionadas con la glándula tiroides o la diabetes, por ejemplo.
Existe también una relación directa con mecanismos neurogénicos y otros que tienen que ver con la producción en el organismo de sustancias tóxicas que provocan la destrucción de los melanocitos.
¿Cómo curarlo?
El tratamiento del vitíligo suele ser largo y constante para frenar la progresión de la enfermedad, ya que se puede curar aunque requiere de un tratamiento que puede durar largos años hasta dar buenos resultados finalmente.
Se pueden usar corticoides tópicos o inmunomoduladores tópicos, corticoides vía oral, en casos de progresión muy rápida.
También se puede administrar Vitamina D que en muchos casos es necesario recetar al paciente suplementos, ya que se observan niveles muy bajos.
La fototerapia se puede utilizar de modo complementario para intentar estimular con radiación ultravioleta los melanocitos afectados para que vuelvan a fabricar melanina, y se puede emplear también Láser Excimer, para zonas más localizadas.
Lo más efectivo, según muchos dermatólogos afirman, es combinar las diferentes opciones disponibles.
En algunos casos es posible tomar baños de sol de unos 10 minutos al día, siempre en horas de baja intensidad, para intentar estimular los melanocitos.
Se recomienda fotoprotección solar estricta en las zonas afectadas.
En cuanto a los resultados, las lesiones a nivel facial son las que, habitualmente, muestran un mejor pronóstico.
Por el contrario, las que aparecen en manos y pies suelen mostrar un peor resultado.