¿Sabes utilizar la piedra pómez correctamente?
Debido a nuestros hábitos diarios y a la utilización de calzado cerrado y no siempre el más cómodo y apropiado, nuestros pies sufren un gran desgaste, que prolifera la aparición de daños y lesiones en la piel, como pueden ser las durezas y los callos. Hoy queremos presentarte a una gran aliada para luchar contra ellas, la piedra pómez.
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¿Qué es la piedra pómez?
Se trata de una piedra volcánica vítrea, de baja densidad, muy porosa y de color blanco o gris, conocida como Pumita. Para su formación, la lava en contacto con el aire sufre una gran descomprensión, produciendo la formación de espacios vacíos, separados por paredes delgadas de vidrio volcánico. Estas cavidades hacen que tenga una densidad menor incluso que la del agua, (puede flotar en ella) y un peso liviano que facilita su transporte.
La podemos encontrar en un amplio abanico de colores. Desde los tonos prácticamente negros que tienen las piedras con grandes burbujas, hasta el color casi blanco de las pumitas con las cavidades mucho más pequeñas, pasando por el amarillo y el gris.
Su efecto abrasivo hace que se utilice como limpiacristales, goma de borrar, para el desgaste de jeans, para el tratamiento de muebles… aunque la utilidad sobre la que nos queremos centrar, es su uso como exfoliante en la piel.
Se trata de una herramienta muy efectiva a la hora de eliminar la piel muerta, durezas y callos de nuestros pies, manos y codos. Pero no solo eso, tras su uso nuestra piel estará mucho más lisa y con mucho mejor aspecto.
Pasos y consejos para usar la piedra pómez
Limpiar los pies profundamente. Antes de usar la piedra pómez, debemos lavar la parte del cuerpo que queremos exfoliar a conciencia. En el caso de las manos o los codos, hacerlo durante la ducha será suficiente; sin embargo, si se trata de tus pies, el proceso para ablandar las durezas será un poco más largo. Sumérgelos durante unos minutos en agua tibia, mezclada con un jabón con pH neutro, y espera a que la piel esté lisa y blanda.
Humedecer la piedra
Para que se deslice de forma fluida por tu piel, sin quedarse atascada, es conveniente que la piedra pómez también esté mojada. Para ello, colócala debajo del grifo de agua caliente o sumérgela junto a tus pies.
Frotar suavemente
Pasa la piedra por las zonas que pretendas exfoliar. Hazlo con movimientos circulares y suaves, sin presionar demasiado, hasta que notes que la piel dura se va cayendo y aparece una nueva piel. Céntrate en la zona de los talones, en los dedos de los pies y en las zonas donde se suele acumular la piel seca.
Enjuaga la zona y repite si es necesario
Si todavía observas y sientes que tienes zonas con durezas en tu piel, vuelve repetir el proceso hasta que consigas un resultado satisfactorio.
Como la piedra pómez sufre un desgaste cada vez que la usas, dale la vuelta en cada uso para conseguir un resultado óptimo. Y lava su superficie con frecuencia para que siga siendo efectiva.
Seca e hidrata tu piel
Cuando acabes, seca bien la zona con una toalla. Después aplica un aceite o crema hidratante. Evitando así que la piel se reseque. Es aconsejable el uso de aceite de coco, de almendras o uno de los productos hidratantes de Weleda como su famosa crema hidratante corporal.
Para conseguir los resultados satisfactorios, repite el proceso habitualmente. El resultado debe ser la consecución de una piel tersa, suave y radiante. Para mantenerlo es necesario que hagas este tratamiento de una forma periódica y frecuente, al menos tres veces a la semana.
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