Cuidados para la salud articular desde tu interior
Las articulaciones son una de las partes del cuerpo más delicadas y que más y mejor debemos cuidar para mantener una buena calidad de vida. Están en constante movimiento, generando un desgaste continuo y pudiendo provocarnos dolores que lleguen a ser muy molestos o incluso crónicos.
Son varios los factores que pueden impulsar este desgaste articular. En personas más jóvenes destacan la práctica de ejercicio de elevada intensidad y la obesidad, debido a la sobrecarga a la que son sometidas las articulaciones. Según avanzamos en edad, todos somos propensos a padecer problemas articulares ya que, con el paso de los años, nuestro organismo produce menor cantidad de colágeno necesario para la formación del cartílago, provocando que se vaya deteriorando progresivamente y que se genere una mayor fricción entre los huesos, rozándose bruscamente uno con el otro y generando desgastes.
Para prevenir y aliviar estos problemas, además del dolor que se genera, es importante cuidar y mejorar el estado del cartílago. En este sentido, la alimentación se presenta como el mejor remedio para las articulaciones.
Incluir un complemento alimenticio para las articulaciones hará que no corramos el riesgo de tener carencia de algún nutriente esencial, al tiempo que estimulará la síntesis de sustancias necesarias para la buena salud ósea.
Tabla de Contenidos
Nutrientes esenciales para las articulaciones
El complemento alimenticio ideal para las articulaciones es el que reúne la combinación precisa de los siguientes componentes y en las dosis adecuadas.
Colágeno hidrolizado tipo II (Fortigel®). El colágeno es la proteína más abundante de nuestro cuerpo. Es el componente principal de los huesos, piel, tejido cartilaginoso. Proporciona resistencia y elasticidad a las articulaciones. El colágeno hidrolizado tipo II es específico para el cuidado articular. Ha sido fraccionado en péptidos (fragmentos de esta proteína estructural) mediante hidrólisis enzimática para que nuestro organismo sea capaz de absorberlo mejor.
Vitamina C (Ester®): Se trata de una vitamina con un potente efecto antioxidante que favorece la producción de colágeno. Ayuda en la absorción y fijación del colágeno en los huesos. Participa en la regeneración celular y disminuye la inflamación. Una de las mejores formas de ingerirla es Ester-C® (palmitatio de ascorbilo) ya que es la forma no ácida y más activa de la vitamina C.
MSM (Opti MSM®): Es un compuesto azufrado soluble en agua. El azufre es esencial para la formación del tejido conectivo. Se ha comprobado que tiene una gran efectividad en un corto periodo de tiempo. Presenta propiedades antioxidantes relacionadas con la inflamación, dolor y la degeneración. El MSM incrementa la formación de enzimas antioxidantes como la N-acetilcisteína y glutationa que mejoran la degeneración, inflamación y dolor muscular.
Glucosamina. Se obtiene de las conchas de crustáceos. Se encuentra de manera natural en el cartílago y en el líquido sinovial. Es un sustrato vital que favorece la síntesis de glicosaminoglicanos y proteoglicanos que actúan como lubricantes, es decir, como amortiguadores de los impactos que se producen cuando nos movemos. Se ha demostrado que es muy eficaz en los casos de artritis, ayudando a retrasar el desgaste de las articulaciones. Estimula la regeneración del cartílago. La forma de la glucosamina más recomendada es el clorhidrato de glucosamina, porque tiene mayor cantidad de glucosamina por unidad de peso y se absorbe más rápidamente en el tracto gastrointestinal.
Condroitina. Se obtiene principalmente del cartílago de tiburón o del cartílago bovino. Es el principal glicosaminoglicano del cartílago y un componente esencial de los tendones y ligamentos. Inhiben las enzimas que degradan el cartílago ayudando a reducir de forma importante el dolor, incrementa la movilidad articular y se ha comprobado que es muy efectivo para el tratamiento de la osteoartritis.
Cola de caballo. Es una fuente de sílice que es un mineral indispensable para paliar el deterioro de los huesos, articulaciones y cartílagos. Favorece la disminución del dolor articular.
Ácido Hialurónico. Es un componente esencial del líquido sinovial. Participa en el metabolismo del cartílago, aumenta la hidratación y lubrica las articulaciones.
Magnesio. Es un mineral importante para la salud de los huesos y los músculos, ya que facilita la formación de proteínas corporales. Especialmente, el citrato de magnesio es fundamental para combatir la inflamación articular ya que interviene en numerosos procesos metabólicos del sistema óseo.
Vitamina D. Se necesita para fijar el calcio en los huesos. La vitamina D favorece la formación de la hormona calcitriol para absorber correctamente el calcio.
Claves para elegir tu complemento para las articulaciones y huesos
A la hora de elegir un complemento alimenticio para las articulaciones, es fundamental que éste incluya los componentes que hemos mencionado anteriormente, ya que actúan sinérgicamente, nos proporcionan una adecuada nutrición articular e intensifican sus resultados.
Por otro lado, escoge un complemento alimento para las articulaciones que se haya desarrollado en laboratorios de alto reconocimiento y al que se le haya otorgado el certificado europeo (código NUT), que nos garantice su seguridad alimentaria.
Es recomendable que el complemento alimenticio para las articulaciones se haya producido en formato líquido, de esta forma tendrá una mayor biodisponibilidad, es decir, nuestro organismo será capaz de absorber mejor y en mayor cantidad los nutrientes que le suministramos.
Además, es importante que sea fácil de ingerir y que sólo sea necesaria una dosis diaria. De esta manera podremos aportar todos los nutrientes que el cuerpo necesita y seremos capaces de adquirir el hábito de ingerirlo diariamente sin que se nos olvide ninguna toma.
¿Para quién están recomendados los complementos alimenticios para las articulaciones?
Los complementos alimenticios para las articulaciones se recomiendan especialmente a:
- Personas que someten a sus músculos y articulaciones a un esfuerzo intenso de manera habitual, para a prevenir lesiones y favorecer la regeneración del cartílago.
- Edad avanzada, que padecen de enfermedades osteoarticulares como la artritis.
- Antecedentes de traumatismo e inflamación articular.
- Personas que inician una actividad física después de un periodo de inactividad.
- Todas las personas preocupadas en mantener una buena calidad de vida
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