Causas de la fiebre en niños, aprende a detectarla
Una de las cosas que más alarma a unos padres primerizos es ver cómo su hijo tiene fiebre. Muchos padres reaccionan atacando directamente la subida de temperatura sin pensar que, en el fondo, es un síntoma de otro trastorno de salud. En otras palabras, la fiebre es consecuencia de una infección u otra patología. Es importante conocer las causas de la fiebre en niños antes de ir más allá en su tratamiento.
Tabla de Contenidos
¿Qué es la fiebre?
Cuando tenemos fiebre, nuestro cuerpo responde a alguna enfermedad que estamos desarrollando. En el caso de los niños, es un síntoma común a muchas patologías. Para asegurar una correcta medición de la fiebre infantil, es recomendable tomar la temperatura anal. En este caso, se considera normal hasta los 37.6 grados, y febrícula el intervalo existente entre esta temperatura y los 38 grados. A partir de aquí, hablamos de fiebre real.
En los lactantes muy pequeños, podemos asociar la fiebre a una enfermedad importante. Más adelante, los episodios febriles suelen coincidir con infecciones víricas y no duran más de 3 días.
Causas de la fiebre en niños
La aparición de la fiebre en niños puede deberse a muchas causas. Las causas de la fiebre en niños son las infecciones e inflamaciones. Relacionando la evolución de la fiebre con otros síntomas, podemos identificar con garantías las causas concretas de este síntoma.
Si el niño presenta vómitos, lo más habitual es que la causa de la fiebre sea una gastroenteritis. La diarrea, por ejemplo, se asocia con indigestiones e infecciones intestinales. A su vez, la fiebre unida a dolor de cabeza, debilidad y escalofríos tiene por origen habitual la gripe.
Otras infecciones del aparato respiratorio pueden causar fiebre, como la bronquitis, la sinusitis o las infecciones virales. En estos casos, es habitual la aparición de dolor de cabeza, tos y nariz tapada. Tampoco podemos olvidarnos del dolor de oídos, indicativo de una probable otitis si hay fiebre.
¿Más causas de fiebre en niños? La cistitis, asociada a las molestias al orinar, y enfermedades como el sarampión, la varicela o la rubeola, que se caracterizan por manchas rojas en la piel y pústulas.
¿Qué hacer ante la fiebre?
Si tu hijo tiene fiebre, notarás que está irritable y decaído. Ni siquiera tendrá ganas de comer. Procura mantenerlo con poca ropa y en un ambiente fresco, sin fuentes de calor cercanas. Es importante que beba pequeñas cantidades de líquido constantemente. Si no tiene más molestias y la fiebre no es excesiva, puedes olvidarte de los antitérmicos.
El tratamiento de la fiebre en los niños se centra en aliviar la incomodidad del niño. Te dejamos algunos pasos más a seguir para tratar la fiebre en niños:
- Control de la temperatura: Utiliza un termómetro para medir la temperatura del niño. Si la temperatura es de 100.4 grados Fahrenheit (38 grados Celsius) o más, se considera fiebre.
- Mantén al niño cómodo: Asegúrate de que el niño esté cómodo y abrigado. Viste al niño con ropa ligera y usa sábanas livianas si es necesario.
- Hidratación: La fiebre puede causar deshidratación, así que asegúrate de que el niño beba líquidos con regularidad. El agua, la leche y los líquidos claros, como caldos o jugos diluidos, son buenas opciones. Si el niño está amamantando o tomando biberón, continúa haciéndolo.
- Descanso: Los niños necesitan descansar cuando tienen fiebre para ayudar a su cuerpo a recuperarse. Proporciona un ambiente tranquilo y cómodo para el descanso.
- Baños tibios: Un baño tibio puede ayudar a reducir la temperatura corporal del niño. No utilices agua fría ni alcohol para tratar de enfriar al niño, ya que esto puede ser peligroso.
- Controla otros síntomas: Si el niño tiene otros síntomas, como dolor de garganta, tos o congestión nasal, consulta a un médico para determinar si se necesita un tratamiento adicional.
Muchas infecciones virales desaparecen por sí solas en un par de días. Sin embargo, es importante que estés atento a la evolución de la fiebre. Si ocurren algunas de las siguientes situaciones, es necesario que llames al pediatra inmediatamente:
- Fiebre superior a 38º en bebés de menos de 6 meses y a 39º en mayores de esta edad
- Síntomas asociados como vómitos, problemas respiratorios, convulsiones, rigidez en el cuello o erupción cutánea.
- Aumento de temperatura asociado con la exposición al sol
- Si la temperatura no baja en 48 horas
- Si el niño muestra signos de deshidratación, como sequedad en la boca, llanto sin lágrimas o falta de orina.
En definitiva, controlar la evolución de la fiebre del niño y procurar que esté cómodo y fresco es la mejor opción para tratar estos episodios.
Mitos sobre la fiebre
Todavía hoy en día, circulan muchos mitos acerca de la fiebre en niños que merece la pena aclarar. Muchos padres creen que la fiebre alta puede causar meningitis, algo absolutamente erróneo teniendo en cuenta el origen vírico de esta enfermedad. También se atribuye en muchas ocasiones el origen de la fiebre a la erupción dental.
Otro de los grandes mitos sobre la temperatura alta en niños está relacionado con las convulsiones, que afectan a un 3% de los pequeños enfermos. Aunque resultan muy aparatosas, es importante recalcar que son benignas y no dejan lesiones cerebrales como consecuencia de su aparición.
Recuerda que la fiebre en niños es un mecanismo de defensa natural del cuerpo. Siempre es recomendable consultar a un profesional de la salud si tienes inquietudes sobre la fiebre de tu hijo, especialmente si los síntomas son graves o si la fiebre persiste durante más de unos pocos días. El médico podrá proporcionar orientación y tratamiento adecuados.
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